Sb 1,13-15; 2,23-24: La muerte entró en el mundo por la envidia del diablo. Sal 29,2.4.5.6.11.l2a.13b: Te ensalzaré, Señor, porque me has librado. 2Co 8,7.9.13-15: Vuestra abundancia remedia la falta que tienen los hermanos pobres. Mc 5,21-43: Contigo hablo, niña, levántate.
Hoy es un buen día para presentar la Red Internacional de Vida Consagrada contra la Trata de Personas, que ha tomado su nombre del texto evangélico que se lee en el Domingo XIII del tiempo ordinario en el ciclo B.
EL RELATO DE LA SALVACIÓN DE DIOS EN LOS EVANGELIOS
Cuando Jesús quería anunciar, proclamar o explicar lo que Él llamaba el Reino de Dios contaba historias. La mayor parte de ellas estaban tomadas de la vida cotidiana que Él conocía: un labrador que siembra, un explorador que encuentra un tesoro, un empresario que contrata obreros, un padre que abraza a su hijo, una mujer que limpia la casa…
Otras veces invitaba a los que le escuchaban a mirar a su alrededor para comprender a Dios y su proyecto, “Reino de Dios”, lo llamaba él; les interpelaba para que se fijasen en lo que sucedía cuando él actuaba: ¿no recordáis cuántos cestos recogisteis cuando repartí cinco panes entre cinco mil?”, “Buena es la sal pero, si se vuelve sosa, ¿con qué la salaréis?”
Eso mismo seguirán haciendo sus discípulos cuando comiencen a predicar la buena noticia del evangelio por todo el mundo y eso mismo hacen los evangelistas. Nos cuentan hechos de la vida de Jesús para conocer en ellos el proyecto de Dios, Evangelio de Jesús, lo llamarán. Pedro dirá “No podemos menos que contar lo que hemos visto y oído”.
Un día Marcos recoge en su evangelio la historia que contaban apóstoles, discípulos y los primeros cristianos predicadores. Es la historia de una niña de 12 años que se muere. Muchos dirían que es la historia de un jefe llamado Jairo que implora por la curación de su hija, pero toda la historia se va desarrollando para llegar a su desenlace en el encuentro y el diálogo de Jesús con aquella niña: “Talitha Kum (Niña, hablo contigo, levántate)”.
Es también la historia de una mujer enferma, arruinada y angustiada que se acerca para tocar a Jesús y curarse. Y Jesús no quiere solo curarla, quiere escucharla, hablar con ella, quiere levantar su autoestima y elogiar su fe poderosa.
El reino de Dios, su proyecto, el evangelio de Jesús se cuenta, se relata y también se realiza. Se llega a conocer escuchando el relato y siendo testigos de la obra que realizan quienes creen en él.
TALITA KUM: RED INTERNACIONAL DE VIDA CONSAGRADA
Muchos creyentes proclaman hoy ese evangelio y lo realizan. Nosotros, como nuevos evangelistas, podemos contar también relatos y parábolas, pero también relatar historias. Historias que están sucediendo ahora, en las que Jesús está presente, y en las que tienen un papel activo los que creen en él.
En el año 2001 la Unión Internacional de las Superioras Generales (UISG) toma una decisión que se concretará en acciones contra la trata de personas:
trabajar en solidaridad unas con otras dentro de nuestras propias comunidades religiosas y en los países en los que nos encontramos para afrontar con insistencia, a todos los niveles, el abuso sexual y la explotación de las mujeres y los niños con especial atención a la trata de mujeres, que se ha convertido en un negocio lucrativo internacional
Eligieron como nombre para esa acción intercongregacional las palabras de Jesús a aquella niña de 12 años:
La palabra «Talitha Kum» tiene el poder transformador de la compasión y de la misericordia, que despierta el deseo profundo de la dignidad y la vida adormecida y herida por las múltiples formas de explotación.
Quien quiera conocer más sobre esa iniciativa conjunta de las congregaciones puede visitar esta página: https://www.talithakum.info/es/quienes-somos/
UN HOGAR PARA SER LIBRES Y CRECER: LAR SANTA MÓNICA
La Provincia de San Nicolás de Tolentino de los Agustinos Recoletos se ha comprometido también en estar al lado de muchas niñas y adolescentes que sufren o han sufrido situaciones de maltrato, de abuso, de explotación con su proyecto socioeducativo Lar Santa Mónica en Fortaleza.
Queremos, como creyentes, acercarnos como Jesús a los niños y las niñas que ven su vida derrotada, que están postrados en la explotación para levantarles diciéndoles que hay otra forma de vivir la vida, de caminar de pie, de ser dueñas de sí y no esclavas de los otros:
Niña, quiero hablar contigo y decirte: levántate.
Fray Rafael Mediavilla (OAR)• Las Rozas, Madrid (España)






